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    destructorbianca

    pes 2013



    Llevamos muchos años, demasiados, escuchando la cantinela de que el nuevo Pro Evolution Soccer había cambiado para bien, que por fin había tomado una nueva dirección, que de una vez por todas iba a ser rival para FIFA. Y cada año, desgraciadamente, el nuevo PES se deshacía como un azucarillo en la comparación con su rival. Pero este año... este año es otra cosa. Aquest any, sí, que diría la culerada que todavía los recuerdos de tiempos pretéritos en los que las sequías de títulos eran habituales en el Camp Nou. Este año PES ha dado un salto adelante y se ha desmarcado claramente de entregas anteriores. El título de Konami ha sentado las bases para un renacimiento de la saga pero, claro, toda primera piedra tiene sus limitaciones y sus pequeñas aristas que demuestran que el camino es largo, pero que está enfocado en la buena dirección.



    Me explico. Si me decanto por el lado positivo podría sacarle mucha punta a este nuevo PES. ¿Por donde comenzamos? Posiblemente por su jugabilidad, que ha mejorado eones respecto a su última entrega. El control de 360º por fin es una realidad, más vale tarde que nunca, y el feeling de primeras es más que satisfactorio. Es más, pondría la mano en el fuego a que en la primera impresión entre FIFA y PES gana el segundo, y por goleada. En esa mejora de la jugabilidad, en esa inmediatez que tanto hemos loado en Mundogamers, se encuentra el punto fuerte del título. PES es divertido de buenas a primeras. No necesita que aprendas tropecientas combinaciones de botones para ejecutar regates y su estilo de juego, algo más arcade que el de su rival, te premia regalándote golazos en los primeros partidos. Para los que tenemos las horas contadas a lo largo del día para echar unos partidos, es un punto que se agradece. Mucho. Su aspecto gráfico también es digno de mención. No es un apartado al que le preste especial atención a no ser que la experiencia represente un subidón de consideración, y el de este PES lo es. No son sólo los acabados de los jugadores, algunos calcados a los reales, sino el juego de texturas e iluminaciones y el aspecto más maduro que ofrece el juego frente a los jugadores de FIFA, que parecen algo más de juguete, por decirlo de alguna manera.


    Ademñas, en nuestro país, PES 2013 apunta a nuestros corazones futboleros. El añadido de los veinte campos de Primera División es uno de esos regalos que te arrancan una sonrisa. Vale, no supone ninguna mejora radical, pero demuestra que cuando un estudio quiere, puede. Los que amamos esto del balompié sabemos que por mucho Bernabéu y mucho Camp Nou que nos pongan delante, hay experiencias incomparables, como la de jugar en San Mamés. O en Riazor, una de esas plazas donde la afición aprieta de lo lindo, por no decir nada de El Sadar (lo de Reyno de Navarra lo dejamos para la prensa deportiva). Pero no todo son luces en este PES 2013. De hecho, hay varias sombras que oscurecen quizá en exceso el acabado final del producto. Aunque si lo miramos por el lado positivo, son aspectos relacionados con la gestión del título y con los apartados externos del mismo, puntos a los que se puede meter mano en cualquier momento y con algo de voluntad. El sempiterno tema de las licencias es uno de los dramas principales. Sí, en España tenemos de todo y para todos, pero a partir de aquí la cosa se pone fea con países en los que encontrar una licencia es casi un milagro, véase, Inglaterra. Pero si en un aspecto palidece PES, y más cuando lo comparas con su rival en cuanto a opciones de juego, es en el apartado online. La Liga Master, calco de la que se puede jugar offline, es la única opción destacada. Un modelo a lo FIFA, con pequeños campeonatos contra rivales de la misma categoría en los que hay que sumar determinados puntos para ascender o para mantener la categoría, parece una de las opciones más acertadas en este aspecto en los últimos tiempos.


    Ojo, que la simulación también tiene algunas pegas. He destacado el carácter inmediato del juego, un punto que en algunas ocasiones se vuelve en su contra. Si FIFA te puede llegar a desesperar por lo pausado de algunos de sus encuentros, PES se va al otro extremo para entregar partidos que en ocasiones pueden convertirse en un correcalles. Konami necesita poner algo de pausa en ese punto y mejorar el resultado de las animaciones en las repeticiones. Sobre el campo el título luce de muerte pero, lo pudimos ver en la demo, las repes huelen a don Simón. En definitiva, este PES no es perfecto y es muy probable que en el combate cuerpo a cuerpo pierda con FIFA. Pero lo importante en este debate ya no es la calidad del juego en sí sino la celebración del retorno de un grande de la historia del videojuego. PES ha vuelto y lo ha hecho con una apuesta sólida y a desarrollar durante los próximos años. Hay fallos y hay muchos aspectos a mejorar, pero Konami parece haber encontrado el punto de partida para la próxima generación.
     
    REGRESAMOS CON TODO DESTUCTORBIANCA DISCULPA LAS MOLESTIAS PERO ESTOY TRBAJANDO AL MAXIMO
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